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El Baptisterio de San Juan Bautista es una de las maravillas de Florencia y de la cultura artística italiana. Cuenta con la mayor presencia de mosaicos medievales en este país, después de Venecia y la Sicilia normanda. Fascinaron a Dante Alighieri y ahora, por primera vez, será posible admirarlos de cerca, al tiempo que son restaurados. Para ello, se ha construido una imponente estructura metálica muy innovadora tecnológicamente en forma de hongo (altura 31,50 metros y diámetro 25,50). Ocupa, en el centro del edificio, solo 63 metros cuadrados en el suelo, con escaleras que llegan hasta la bóveda, extendiéndose sobre una superficie de 618 metros cuadrados, que es transitable. Así, el público podrá moverse sobre el andamio suspendidos a una altura de 17 metros, en estrecho contacto, casi a la mano, con magníficos mosaicos policromados con fondo dorado del siglo XIII que revisten la cúpula del Baptisterio de San Juan. A partir del 24 de febrero, se realizarán visitas guiadas para grupos de 10 personas. Se pueden reservar en el sitio web de la Ópera del Duomo, donde se detallan las condiciones para subir las escaleras del andamio, como la obligación del uso de zapatos cerrados con suela de goma. Las visitas tendrán una duración de una hora y tendrán un coste de 65 euros por persona.
Para los visitantes (1.215.000 solo en el año 2022), será una experiencia única e irrepetible, que sólo será posible vivir durante seis años. Es el tiempo que se ha fijado, en principio, para los trabajos. Esta nueva intervención llega más de cien años después de la última restauración de 1898-1907, durante la cual los mosaicos fueron parcialmente desprendidos y luego colocados de la misma manera. Ahora serán objeto de una intervención destinada a recuperar la estabilidad estructural y su adherencia a la bóveda, detener los fenómenos de degradación y sacar a la luz el esplendor del fondo dorado y los vivos colores de las teselas de vidrio, actualmente oscurecidas por el polvo y suciedad. Para ello, la restauración irá precedida de una serie de análisis diagnósticos con el fin de comprobar el real estado de salud de la bóveda y su decoración, y en consecuencia establecer un calendario de intervenciones y los tipos de materiales a utilizar.
Los mosaicos que serán restaurados ocupan más de mil metros cuadrados de superficie, con más de diez millones de teselas policromadas de una dimensión que varía entre 5 y 20 milímetros de lado. Representan la escena del Juicio Final, con las historias del Génesis, de San José, Jesús y de San Juan Bautista. Este revestimiento fue una empresa colosal, que duró un siglo. Las obras se iniciaron en el 1225, según la fecha inscrita en el ábside del Baptisterio. Hacia el 1330 se completaron los ocho segmentos de la cúpula cubiertos con las teselas policromadas, en una sinfonía de imágenes y colores. Varias generaciones de artistas se sucedieron en los andamios para crear esta espectacular antología del arte pictórico y musivo juntos. Una vez culminada esta espectacular obra de la cúpula, se decidió ampliarla también con mosaicos a las zonas parietales, donde no estaban previstos originalmente.
Dominados por la figura de Cristo juez, los mosaicos de la cúpula del Baptisterio fueron fuente de inspiración para la representación del Paraíso y del Infierno de la Divina Comedia de Dante Alighieri. En este templo fue bautizado el que está considerado padre de la lengua italiana, y otras figuras importantes del Renacimiento, incluidos los miembros de la familia Médici. Las escenas de los mosaicos llenaron los ojos y la mente de Dante, y le sirvieron para plasmar su idea del Paraíso y del Infierno: «Volveré como poeta, con otra voz y otros cabellos, y tomaré la corona de laurel sobre mis fuentes bautismales; porque allí entré en la fe que hace las almas familiares a Dios, y por ella me rodeó Pedro de aquel modo la frente» (Paraíso, Canto XXV).
El Baptisterio de San Juan Bautista, ubicado en la homónima Piazza San Giovanni, frente a la catedral de Santa Maria del Fiore, está dedicado al patrón de la ciudad, San Juan Bautista. Es uno de los lugares de culto más antiguos de Florencia. De estilo románico florentino y forma octogonal, el exterior está revestido de mármol blanco y mármol verde típico de la zona de Prato, capital de la provincia homónima de la región de Toscana. Con la restauración de los mosaicos de la cúpula, cuyo presupuesto es de 4,6 millones de euros, se cerrará una impresionante campaña de restauración de este edificio religioso. Se comenzó en el año 2014 con los muros exteriores y continuó, tras las interrupciones por la pandemia, con las paredes del interior y el ábside rectangular, que también recuperó su esplendor original gracias a la restauración iniciada en 2017 y finalizada el pasado mes de julio. En total, al término de la restauración del Baptisterio, se habrán invertido 10 millones de euros.
El Baptisterio es también famoso por sus tres conjuntos de puertas de bronce, de gran valor artístico. Representan la historia de la humanidad y de la Redención, plasmando en cierta forma la Biblia, con una obra colosal de figuras de bronce en relieve. El escultor y arquitecto Andrea Pisano diseñó las puertas sur, que se realizaron entre 1330 y 1336. Por su parte, Lorenzo Ghiberti, que fue escultor, orfebre, arquitecto, pintor y escritor de arte, ganó el concurso convocado en 1421 para la adjudicación de las puertas norte, y también el de las puertas este en 1425, llamadas popularmente Puertas del Paraíso, en las que Ghiberti trabajó con otros artistas de su taller durante 27 años. En el Baptisterio se han colocado copias de los tres conjuntos de puertas. Las originales se conservan en el Museo de la Opera de la Catedral Santa Maria del Fiore.
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